LA MARCHA DE DRAGHI; 4 PUNTOS MENOS PARA EL PIB DE LA EUROZONA

 

LA MARCHA DE DRAGHI; 4 PUNTOS MENOS PARA EL PIB DE LA EUROZONA

 

Mario Draghi es un economista italiano que ejerce como presidente del consejo de Ministros de Italia. Este quiere abandonar su puesto, lo cual supondría  un gran riesgo para la economía del país, afectando su marcha no solo a Italia, si no a toda la Euro Zona en general.  

Así, expone la revista Bloomberg Economics que una de  las posibles consecuencias sobre la economía europea se el aumento de la prima de riesgo (la diferencia en la tasa de interés que a un inversor se le paga al contribuir una determinada inversión con una fiabilidad económica) de 300 puntos y dos desviaciones estándar (variación de un conjunto de datos numéricos) de aumento de incertidumbre.

La marcha de Draghi podría suponer un endurecimiento de las condiciones financiarlas recortando más del 4% del nivel del PIB para finales de 2022, afectado sobre todo a los mercados financieros.  
 
Véase en la siguiente imagen cómo resultaría en este aspecto la marcha de Draghi: 

   

Así pues, en caso de que Draghi sea votado como presidente, este tendría la última palabra en la disolución del parlamento,  convirtiéndose en un factor estabilizador para la política italiana. Pudiendo, al mismo tiempo, rechazar aquellas leyes y decretos que no considere fiables bajo motivos constitucionales.

 Es por este drástico resultado por el que Draghi insinúa que podría mejorar las cifras si es votado como presidente del país. Pues Draghi es un presidente estable, cuya presencia ayudará a conseguir ciertos avances en las reformas estructurales necesarias para que Italia reactive su crecimiento. Por el contrario, su posible partida significaría un alto índice de riesgo político en Italia.

Así pues, la incertidumbre del futuro de Italia está desestabilizando al mismo tiempo la coalición gobernante, incluyendo a la Liga, el Movimiento Cinco Estrellas y el Partido Demócrata. 

En caso de que Draghi sea votado como presidente, tendría la última palabra en la disolución del parlamento, convirtiendo así la política italiana en algo un poco más estable. Asimismo, también podría rechazar leyes y decretos que no considere correctos constitucionalmente. 


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